lunes, 7 de febrero de 2011

Mensaje 16 Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista

24/6/94 Hora 20.56 La Vidente: "Está la virgencita, la virgen dice: nuevamente estoy entre uds. trayéndoles mi mensaje de amor y de paz.
En esta  noche especial, María la Virgen, la Madre de Jesús quiere hablarles de alguien muy amado por Ella, de alguien muy amado por el Todopoderoso, por la Santísima Trinidad, porque fue elegido además con María y con Jesús nos unen lazos de sangre.
Este personaje del cual María quiere hablarles se llamó Juan, y cuando fue grande, Juan el Bautista. El fue llamado, por designio de Dios, el Precursor, el que iba delante preparando los caminos, los caminos del Señor, no se conocían, pero se amaban profundamente. Juan fue aquel niño que saltó en el seno de su madre, saltó de alegría cuando María, humildemente, iba a ayudar a Isabel en sus últimos meses.
Juan el Bautista dicen las escrituras, que fue el último profeta del Antiguo Testamento, María con humildad os dice a vosotros que fue ¡el gran Profeta, el profeta humilde, pobre de toda pobreza!, Isabel siguiendo el pedido de Dios lo crió en el desierto, y Juan fue haciéndose hombre, solo, en el desierto, pero por gracia de Dios nunca fue atacado por ninguna fiera, siempre fue preservado porque debía cumplir una gran misión. Juan, él sabía que un día tenía que oscurecerse su imagen para dar paso a la gloria de Jesús.
Mucho lo amó Jesús, porque era un hombre austero, pobre, humilde, sencillo, dicen que era la "voz que grita en el desierto"-¡¡preparen los caminos, detrás mío viene uno que yo ni siquiera soy digno de desatar sus sandalias!!-.
Si en estos tiempos en los que vosotros vivís, los sacerdotes, los obispos, los hombres de la Iglesia, ¡tuvieran el coraje de Juan el Bautista!,¡si tan solo tuvieran la valentía de proclamar a todos sus hermanos, las cosas que están mal, que se hacen mal!,¡ si tan solo hubiera un puñado que fueran capaces de denunciar al que peca, al que blasfema, al que injuria a Dios!...si tan solo hubiera unos pocos, ¿que tan difícil parece ser emular a Juan el Bautista?, aquel que se dejó apresar por proclamar a todos los hombres que había un adúltero, y que ese adúltero era con su hermana, porque su mujer era la mujer de su hermano.
¡Que pocos Bautistas han habido dentro de la Iglesia!. A quien podré nombrarles, a Ignacio de Loyola, a Francisco de Asís, con más pureza, ..a tantos... ¡Agustín!.  
Este es mi mensaje de esta noche, hablad, habladles a los hombres de la iglesia y pedidles, rogadles, decidles, que María la Virgen, la Madre de Jesús, os ha dicho que es su deseo, que se conviertan, que pidan a Dios la valentía y que ¡griten! como lo hizo el Bautista, que no tapen más los pecados de sus hermanos, en nombre de amistad, en nombre...¿para que, para que meternos en cosas que no nos interesan?. ¡Si les interesan más que a nadie! porque Dios les ha dado una vocación,  tienen el deber, tienen el deber, de acusar a los adúlteros,a los hermanos, porque ¡cuántos hay que adulteran!
Les pido que sigan rezando el Rosario, que sigan invocando a la Santísima Trinidad, y en nombre de ella os dejo con su bendición, hasta la próxima." Hora 21.10.-  

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