miércoles, 2 de febrero de 2011

Mensaje 5

16/5/94 Hora 21.15 Está la virgencita, la Virgen dice: nuevamente estoy entre uds. trayendo mi Mensaje de Amor y Paz, se que vuestros corazones están afligidos por los mensajes que vuestra Madre os está dando, más no os aflijáis. Sigamos adelante, soy María la Virgen Inmaculada la Madre de Jesús, la Hija de Dios Padre, la esposa del Espíritu Santo, soy la Virgen María la que se aparece en muchos lugares en todo el mundo, habla y habla a los hombres y los hombres no la escuchan. Si muchos hombres hicieran caso, escucharan a la virgen María como me llaman comúnmente aquellos que me aman, si muchos hicieran caso, que distinto sería todo.
Un ángel les ha mostrado una pequeña parte de como está el mundo, pero lo que a mi más me aflige, es el estado de mis hijos, de mis hijos los sacerdotes. Todos ellos recibieron la vocación de Dios, y ¿cómo viven? muy mal, vosotros tal vez estáis pensando, la Virgen María reitera siempre sobre los sacerdotes,¡son mis hijos muy queridos, Jesús me los ha encomendado !si bien hay una porción grande de ellos que se aman y me escuchan, hay otra muy grande que sólo dice amarse pero no escuchan, y si no me escuchan, no pueden amarme.
 Y¿ porqué?, ¿porqué la Madre de Jesús baja hasta aquí a hablarles a uds.?, simplemente por el amor que me tienen y porque lo que les pido lo cumplen. Si tan solo en cada lugar donde hablo me escucharan y me amaran así, no son pocos, pero tendrían que ser todos, porque Jesús me pidió que fuese la Madre de todos ellos y yo acepté, no solo la madre de todo el género humano, sino de los consagrados. Las congregaciones religiosas de mujeres, ¡cuántas de ellas deberían no existir, porque se han dado también a las comodidades, no les falta nada,nada material, porque en sus espíritus no hay verdadero  amor hacia Dios, no hay verdadero amor hacia la Virgen, quieren vivir como las mujeres del mundo, y una religiosa no debe vivir como las mujeres del mundo, cada una en su lugar, a ellas también Dios les dio su vocación, mas ¡cuántas y cuántas, que perdidas están!. Llevan un hábito y sólo desean recibir halagos,¡es tremendo!, es una ofensa tan grande a mi corazón de Madre, a mi corazón de Madre y de Virgen. Cuando era muy niña, me consagré a Dios y le prometí que jamás me casaría, le prometí que jamás perdería mi pureza virginal, y así fue, y éstas religiosas que alguna vez se han consagrado vírgenes, ¡cuántas y cuántas han dejado de serlo y es una daga más que se clava en mi Corazón, por mi pureza ofendida, por mi Hijo, por la pureza de Jesús. Esto es muy triste, cuando venga sobre este mundo la Gran Renovación, todo esto cambiará, porque no puede seguir así, Dios no puede ser tan ofendido, y las mujeres consagradas no pueden llegar a tal degradación.
Y los sacerdotes, y no solamente los sacerdotes, los obispos, los continuadores de los apóstoles...Pedro cuando negó a Jesús, lloró mares de lágrimas y fue tan grande su arrepentimiento que luego abandonó todo y salió al mundo a proclamar la Buena Noticia y murió en la cruz, como casi todos los apóstoles, ...los obispos son continuadores de ellos, ¡cuántos Pedros hay en la negación!, Dios quiera que un día se arrepientan porque esto es muy grave, son los pastores de la Iglesia, por ellos sufre y llora el Santo Padre (Juan Pablo II, porque su sucesor, según el ángel Virtud será el anticristo) porque sabe, sabe, ¡cuánto abandono de Dios y del Evangelio!, ellos también están al día y por lo tanto son los únicos culpables de que los sacerdotes están desviados. (La Virgen hace una pausa en su rostro hay mucho dolor), bien dices, bien dices que en mi rostro hay dolor, pero mucho más en mi Corazón, en un Corazón ofendido ultrajado. Cuando lleguen los tiempos nuevos, la Renovación (el Padre Pío dijo al respecto que estemos atentos a los signos de los tiempos en la naturaleza, que van a ser indicadores de aquella hora anunciada), todo será pureza, los hombres en los campos, cantarán con sus mujeres himnos de alabanzas a Dios. ¡Será terrible lo que está por venir!, pero luego disfrutarán  de aires nuevos, todo será distinto, todos hermanados en Dios, y la Virgen María seguirá siendo la madre de todos los hombres. Hasta la próxima hijos, los bendigo en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo.-"

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